Por Raquel Castañeda, Head of People Success en Kueski

Yo era voluntaria en una ONG cuando conocí Kueski. Tenía una cita con los fundadores de esta pequeña empresa para platicarles de los proyectos sociales en los que podían participar. Cuando llegué a la oficina, un sujeto descalzo con pantalón blanco me abrió la puerta y me dio un gran abrazo. Entre risa y sorpresa lo primero que pensé fue “¡¿Qué es esto?!” Entonces no me imaginaba que esa reunión sería el comienzo de una gran aventura.

Hoy, casi 4 años después pienso en mi primer día aquí, en lo rápido que pasa el tiempo (sobre todo en una startup) y en la evolución que hemos tenido. Si me preguntan qué he pensando en este camino diría con seguridad la respuesta constante ha sido “Sí, estoy en el lugar correcto”.

Y ahora tomo un momento para reflexionar: éramos 12 personas, comíamos juntos en la barra de la cocina y si llegaba a sonar el teléfono todos corríamos a contestar. Todo nuestro entorno reflejaba la alegría de un proyecto que estaba arrancando. Cuando alcanzamos 1,000 préstamos brindábamos y bailábamos (literal, ya saben que somos muy alegres y super ñoños). Esto sucedía de manera mensual, ahora rebasamos cada día esa cifra y ¿saben? Debo decir que la emoción sigue siendo la misma.

Pasamos de ser una familia chiquita de 12 personas a una de 120 y (para ser honesta) los días se han sentido como un suspiro. Como persona he crecido, aprendido y vivido cosas que en otro lado me hubieran tomado 10 años. Ver crecer a Kueski y a cada una de las personas que ha pasado por aquí ha sido una de las experiencias más gratificantes. Poder decir cada mañana “amo lo que hago” me impulsa a hacer más y mejores cosas cada día.

Recursos humanos Kueski

Quisiera compartir algunas de las cosas más importantes que he aprendido, pero antes, un poco de contexto:

Kueski es una plataforma de préstamos 100% en línea y 100% tapatía. De acuerdo a muchas publicaciones que se han realizado, somos la mejor empresa Fintech de México gracias a la innovadora tecnología que usamos para determinar el riesgo crediticio de las personas usando algoritmos de predicción y machine learning, por el excelente servicio al cliente que ofrecemos y por nuestros altos estándares de cumplimiento y protección de datos.

6 años han pasado desde que Adal y Leo arrancaron con esta idea en contra de muchas estadísticas y pronósticos. Hoy hemos sobrevivido a todos los retos que enfrentan los emprendimientos mexicanos. Como dato interesante, se dice que sólo menos del 15% sale victorioso después de los primeros 3 años de existencia. En Kueski vislumbramos un futuro exitoso en la creación y lanzamiento de nuevos productos financieros para la población desatendida de México y otros países emergentes.

Como dice Adal, nuestro CEO: “No es solo la riqueza económica lo que persigue Kueski, es la riqueza emocional y de experiencias”. Kueski es una empresa que busca tener un impacto distinto y a lo largo de este tiempo ha buscado ser un catalizador de cambio para:

Nuestros clientes. Como una nueva solución de crédito para poblaciones desatendidas, con un trato amable, rápido y mucha seguridad.

Otros emprendedores. Abriendo las puertas a inversionistas y asesores.

Jóvenes talentos. Creando grandes y retadoras oportunidades de carrera en la economía del conocimiento.

México. Estableciendo un nuevo estándar en valores y cultura de trabajo.

Por estas razones, considero que nuestra empresa (digo nuestra, porque todos tenemos acciones y este “changarrito” es de todos) tiene una historia diferente, y ahora sí les comparto las lecciones que me ha dejado:

  • Las personas son lo más importante. El conocimiento, talento y actitud del equipo de trabajo lo es todo. Ellos determinarán el éxito del negocio. Por eso es MUY importante para nosotros tener procesos de selección bien poderosos. Contratar rápido y hacerlo bien es un reto doloroso. Es muy importante que los hiring managers y el equipo, estén comprometidos en elegir personas que vengan a sumar en experiencia, creatividad, ambiente positivo y sobre todo cultura ya que una vez que tienes al talento clave dentro, hay que procurar su bienestar. Lograr que se sientan valorados, retados y parte de un equipo sólido que los respalda, les enseña cosas nuevas y con quien lo pueden pasar increíble.
  • La cultura no es lo que dices que eres sino lo que haces como empresa. Cultura no es igual a comida gratis ni cervezas en el refri (aunque ¡vaya que facilitan el que uno se sienta un poco más feliz! :D). Cultura es aquello que te identifica y distingue de otros grupos: los comportamientos, creencias, valores y tradiciones (como el brindis que un grupo random de personas hace cada viernes para agradecer por algo bueno). Nuestra cultura es la base de cómo la gente se comunica y cómo reacciona cuando hay problemas o cambios rápidos. La forma en la que enfrenta la incertidumbre, se da feedback y trabaja en equipo para hacer que las cosas sucedan.

Historias Kueski

Reflexionamos constantemente: ¿Qué cosas importan realmente para nosotros? ¿En qué lugar queremos trabajar? ¿Por qué queremos contratar? y ¿Por qué debemos despedir? Las respuestas a estas preguntas son las que van moldeando y fortaleciendo nuestra cultura.

Ser una compañía culture driven cuesta, pero en Kueski, siempre ha sido lo primero. Hay decisiones que son complejas pero al final tienen que hacerse; como dejar ir a alguien brillante que no va con la cultura Kueski, hacer cambios estructurales o modificar políticas/beneficios, entre otras historias… Sin embargo estas decisiones se han tomado por el bienestar a largo plazo de la compañía.

  • Hay que moverse muy rápido. Es muy diferente construir una empresa que operar una y estoy segura de que todos los que han trabajado en una startup saben de lo que hablo. Hay que crear toda la infraestructura operativa y organizacional desde cero mientras persigues objetivos de negocio ambiciosos en un mercado nuevo. Algunas veces con recursos limitados pero siempre buscando la forma de “hacerlo suceder”. Eso nos ha definido siempre.
  • Políticas y procesos. Crecer duele. Una de las cosas más cool de trabajar en la etapa temprana de una empresa es que no hay procesos, formatos o políticas ¡el sueño de los millennials! No negaré que es muy cómodo, pero cuando todo empieza a crecer es inevitable resistirse a la estructura y estandarización que logrará que el trabajo de todos sea más efectivo e inteligente. En nuestro caso, buscamos que cada política, proceso o lineamiento tenga un rango de flexibilidad ya que estamos conscientes de que cada situación y persona es diferente. Y aunque esto nos ha funcionado, sabemos que en el fondo mientras haya más contexto que control y “las reglas del juego sean claras” menos tendrás que preocuparte por políticas.
  • En una startup quien quiere crecer, crece. Aún no nos encontramos a la par de las grandes empresas y tampoco es nuestra intención, vamos un paso a la vez pero muy seguros de que los retos son para vencerse y que no hay impedimentos. Me llena de felicidad ver como tantos “Kueskis” han crecido personal, profesional y económicamente. Nuestro común denominador: ¡Las ganas! Me encanta ver que las personas han crecido a donde ellos desean tomando responsabilidades y retos.
    • La magia sí existe. La puedes sentir aquí, lo digo en serio. Basta con cruzar la puerta de Kueski para que ver que este es un lugar diferente, donde la gente vibra e irradia alegría, pasión, talento y buena vibra.

    Frecuentemente me preguntan “¿Qué es lo que más te gusta de Kueski?” Es una pregunta súper difícil de responder, me encanta la visión que tenemos, la gente maravillosa y brillante con la que tengo el honor de trabajar, quienes me enseñan cosas nuevas cada día y con quienes paso momentos increíbles. Me fascina el gran reto profesional que se asume desde el día uno.

    En retrospectiva, hace 4 años buscaba un espacio que me brindara la oportunidad para crecer, aprender, descubrir y… Definitivamente lo encontré. Mi vida en Kueski ha sido, como decimos por acá, una montaña rusa; “nunca estás ni tan bien ni tan mal como piensas” y a la vuelta siempre estará una curva esperando para sorprendernos. Es gratificante voltear atrás y ver todo lo que hemos hecho pero también es muy emocionante saber que hay mucho qué mejorar, mucho qué hacer y mucho por crecer. Lo más increíble es que, siendo 12 o 120 personas, nunca he dejado de sentirme como en casa.

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