¡Felicidades! Estás a punto de conseguir ese empleo que tanto quieres y ahora toca el turno de hablar sobre el salario que esperas recibir.
Para muchos el tema de la negociación (y del dinero en general) es motivo de nervios y de pensar que se está hablando de algo tabú, y aunque no negamos que hablar sobre tu sueldo con tu futuro empleador es un poco intimidante, esta es la única forma que tienes para conseguir el salario que buscas.
Para ayudarte un poco a combatir esa sensación de incomodidad, aquí te pasamos algunos tips que te ayudarán a tener una negociación exitosa.
Más vale pasar unos minutos incómodos si eso significa que podrás gozar del sueldo que quieres para cumplir tus objetivos financieros, ¿verdad? Además, demostrar buenas habilidades de negociación puede ayudarte con la imagen que estás proyectando con tu futuro empleador, pues es algo básico que seguramente tendrás que aplicar en tu puesto.
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Es probable que tu empleador espere que haya una negociación
Aprovecha esto a tu favor y úsalo para calmar un poco tus nervios. Saber que la otra persona espera que se hable de dinero y que haya una negociación te puede dar ese empujoncito de seguridad que necesitas para pedir lo que quieres.
Haz una investigación previa
Como si fuera un examen, no puedes llegar sin haber antes estudiado si lo que quieres es conseguir un buen resultado, ¿no? Entonces es importante que investigues y obtengas información para comparar los sueldos típicos de puestos y empresas similares y así tengas una base realista de lo que puedes demandar.
Si no sabes lo que es un sueldo justo, ¿cómo lo vas a pedir?
No des una cifra específica
En lugar de dar un monto exacto de lo que planeas ganar, los expertos señalan con base en estudios que lo mejor es proponer un rango de lo que esperas ganar.
Asegúrate de que tu “número mágico” esté muy cerca del límite inferior, pues esto podría ayudarte.
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Piensa en las prestaciones
Hoy en día las razones para elegir o no un empleo son muy variadas, y van más allá de pensar solamente en el dinero.
Piensa también en el ambiente de trabajo, así como las prestaciones que te podrían ofrecer, como por ejemplo ayudarte con un crédito universitario, con tu ahorro para el retiro, cuenta de gastos para transporte o viáticos, etc. A final de cuentas, esto también podría repercutir en tus finanzas.
Espera a que se hable de dinero para negociar
No puedes llegar a una entrevista o proceso de contratación y hacer que lo primero de lo que se hable sea de dinero, pues darás una mala impresión.
Lo más conveniente es esperar a que tu empleador aborde el tema y a partir de ahí empezar tu proceso de negociación.
Hacer contrapropuestas es válido
No sientas la presión de aceptar en el momento la primer oferta que te llegue. Estás en tu derecho de tomarte un poco de tiempo para pensarlo, eso sí, obviamente sin abusar.
Si crees que todavía hay espacio para hacer una contrapropuesta, hazla. Mientras lo hagas de forma respetuosa y sin caer en la avaricia. Es muy válido ser persistente, pero no llegues al punto de ser molesto, pues podrías poner en riesgo tu oferta laboral.
Ten confianza en ti y en tus habilidades
Al final de cuentas todo se resume en conocerte a ti y a tus habilidades y en poder justificar por qué mereces el salario que pides. Si te muestras preparado, vendes de forma adecuada tus logros y, sobre todo estás preparado con información y expectativas realistas, tendrás suficientes armas de tu lado para entrar en una negociación.
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Negociar un salario es una tarea que puede ser incómoda, pero no es imposible si sigues estos consejos y te preparas para enfrentarla. ¡Piensa en la meta y deja que eso sea tu motivación para negociar!
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