Para tener el estilo de vida que queremos, hay que saber administrar los ingresos que tenemos y dividirlos entre ahorros, inversiones, pagos básicos para mantenernos, pero también para vivir la vida que queremos. Para algunos, eso incluye satisfacer al foodie que llevan dentro. El placer de comer en distintos restaurantes y probar nuevos artes culinarios puede ser parte del estilo de vida que te gusta. Pero, no tiene porqué ser tan caro que no lo puedas sostener o que comprometa tus demás compromisos financieros. Te platicamos más sobre cómo comer fuera de casa sin que vacíes tu cartera en el intento.

Comer fuera de casa: vive tu estilo de vida y ahorra al mismo tiempo

Antes que nada, para poder satisfacer tu estilo de vida y tus otros compromisos económicos, es necesario que tengas un buen cálculo y control de todos tus gastos. Así sabrás cuáles son tus ingresos, y cuánto porcentaje de los mismos puedes dedicar a éste y otros gustos en la vida, como viajar. Entonces, este es el primer paso:

Construye tu presupuesto mensual 

Esto es muy importante para todo, no sólo para comer fuera de casa. Puedes consultar nuestro blog post anterior “Presupuesto Mensual, ¿Cómo lo Elaboramos?” para conocer los pasos. Ya que tienes en claro los números, puedes asignar parte de tus ingresos líquidos a un presupuesto mensual para ir a comer fuera de casa. Por ejemplo, podemos poner $2,000 pesos mensuales para este propósito. Si no estás seguro si tu presupuesto de comida fuera de casa es mucho o poco, haz lo siguiente:

Toma una semana de prueba para observar y registrar tus gastos

Uno de los riesgos más grandes que corremos todos los días es no saber a dónde se va nuestro dinero, simplemente porque no llevamos un control o registro. Esto puede llevar a que no podamos ahorrar por los numerosos gastos hormiga; lo puedes revisar en nuestro blog post anterior “Controla los Consumos de tu Hogar y Oficina“. En el caso particular de comer fuera de casa, puedes experimentar una semana y saber cuánto realmente gastas. Cada vez que salgas a comer o pidas a domicilio, registra tus gastos y sobre todo lo qué pediste, ya sea en papel, o mucho más práctico, en una app, como Spendee.

Una vez tengas los números, te sorprenderás de lo que gastas. Ahora si puedes armar un presupuesto realista, pero también encuentra un balance.

Encuentra el balance entre comer en casa y fuera

De esos números que sacaste, puedes dividir la semana. Un ejemplo es que de lunes a viernes comas en casa o lleves comida a la oficina si es que no hay prestación de cafetería o catering. Así los fines de semana te relajas y puedes salir a comer. Al salir, no siempre tiene que ser a restaurantes caros, en donde se lleve más de tres tiempos de comida incluyendo entradas, plato fuerte, adicionales y postres. También puede ser un restaurante más económico, o menos platillos.

Come saludable

Comer fuera no quiere decir que comas mal o no cuides tu salud. Come sólo hasta saciarte y trata de seleccionar restaurantes con platillos sanos. Una carne asada con verduras, es mucho mejor que una entrada, después pizza y después postre y por supuesto saldrá a menor costo.

Aprovecha promociones

Muchas tarjetas de crédito manejan sistemas de puntos o cupones mensuales para ir a comer a distintos restaurantes. También, aprovecha las promociones de cada lugar, o incluso utilizando apps como Foursquare o Swarm, puedes ubicar promociones cerca de ti. Además, en muchos lugares, los menús de niños son más baratos, o incluso los niños comen gratis.

Disfruta

Al final del día, no todo se trata de trabajo duro. También hay que aprovechar los frutos de nuestros esfuerzos. Si por alguna razón quieres disfrutar o celebrar algo y no tienes liquidez, siempre puedes pedir préstamos personales para satisfacer ese momento especial.

¿Tienes más tips para comer fuera de casa? Compártelos en el área de comentarios aquí debajo.

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